Al
evocar mi pasado y los recuerdos que me han acompañado siempre vivos y
reales, ellos han sido los que me han motivado a escribir esta
autobiografía, tratando de responderme a misma las preguntas sobre esta
vívida forma de recordar, que me he hecho a través de toda mi vida. He
cavilado mucho, me he esforzado por hallar el por qué una parte de ella
se ha quedado detenida en el tiempo. Ese tiempo en que empecé a vivir,
reteniendo en mis recuerdos como si fuera ayer, imágenes muy claras y de
un realismo inexplicable.
Hoy me queda imaginar que sólo puede
haber sucedido porque en mi candor de niña y en la inocencia de mi
pubertad, la felicidad fue mi inseparable compañera, permitiéndome
atesorar todo lo bueno que la vida me ofreció en los primeros años de mi
existir. En ese entonces sólo conocí la bondad, el amor y el goce de
verme rodeada de una familia que me entregó todo lo que pude
ambicionar...
Ahora, con mis (muchos) años de existencia me sigo
sintiendo viva en medio de recuerdos y añoranzas, sin desprenderme de
todo lo que ya se fue junto con los seres amados a los que quise
entrañablemente...
Trataré de escribir esta historia personal,
apoyándome en esa evocación, siguiendo uno a uno los pasos que he
tenido que recorrer hasta estos días. Sólo deseo que esta historia, sea
para cada uno de ustedes, un soporte en las horas difíciles, un ejemplo
de cómo aceptar la vida, tratando de vivirla intensamente cada día, en
un presente que es lo único que podemos atesorar...
Cucha
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